jueves, 2 de junio de 2011

Arqueología en la Cuenca Mayo-Chinchipe

El peso que tiene la historia en la identidad de los pueblos, en su dignidad y en su autoestima, es además un acto conveniente para buscar las raíces ancestrales que unen a los pueblos desde hace varios siglos, el conocimiento de las antiguas culturas y sus saberes ancestrales, es un instrumento necesario para el desarrollo socioeconómico de cualquier nación del mundo.


La región fronteriza que hoy habitamos estuvo antiguamente poblada por un mismo pueblo, hace unos 5000 años. La nueva cultura ha sido denominada "Mayo Chinchipe" por extenderse a lo largo de la cuenca hidrográfica.

Una Sociedad Compleja en la Ceja de Selva.
Un equipo de arqueólogos ecuatorianos y franceses desde el año 2001, realizaron un inventario arqueológico de Zamora-Chinchipe, el objetivo era el reconocimiento de las principales cuencas hidrográficas, enfocados en el Ecuador Ceja de Montaña y Perú Ceja de Selva.


En la cuenca del Chinchipe evidencia de vestigios variados de distintas ocupaciones humanas a través del tiempo. Dos tipos de alfarería, uno tardío a los llamados grupos "Bracamoros" (proto-Jivaros) y uno temprano del periodo formativo con una cerámica delgada con decoraciones plásticas variadas e innovadoras.
Un yacimiento excepcional: Santa Ana - La Florida.
Esta localizado sobre una terraza fluvial a orillas del rio Valladolid, cubre una hectárea aproximadamente, los vestigios expuestos se compone de varias estructuras circulares u ovaladas que tiene 40 m de diámetro, el extremo oriental de la terraza tiene un patrón arquitectónico muy distinto habría sido como un espacio sagrado, rico en elementos arquitectónicos simbólicos.

La excavación en este sitio permitió el fechado de varios elementos constructivos y contextos culturales del sitio, la ocupación data entre el 4960 y el 2930 antes del presente.


Esta cronología sitúa al sitio en las etapas Temprana y Media del periodo Formativo.

El trabajo de piedra es la característica más sobresaliente de la cultura Mayo-Chinchipe, incluye varios elementos de vajilla, recipientes y figuras humanas esculpidas en un modo naturalista, cargado de símbolos con decoración incisa o grabada en la parte externa.

El trabajo en piedra es la característica más sobresaliente con la que cuenta la cultura Mayo-Chinchipe por sus extraordinarias maneras de elaboración y diversas formas.

Las implicaciones sociales son palpables en la cultura Mayo-Chinchipe en lo que se refiere a la especialización del trabajo artesanal y el desarrollo de una amplia red de interacciones a corta y larga distancia. La evidencia arquitectónica y funeraria del sitio parece ser una muestra temprana de esta expresión de desigualdad social y compleja y antigüedad de estas sociedades. La cultura Mayo-Chinchipe fue partícipe del desarrollo de los conceptos cosmogónicos que caracterizan a la civilización andina.

sábado, 22 de enero de 2011

El Antiguo Regimen

                                                                  EL ANTIGUO RÉGIMEN.




Podríamos definir el Antiguo Régimen como el conjunto de rasgos políticos, jurídicos, sociales y económicos que caracterizaron a Europa y sus colonias durante los siglos XVII y XVIII. En el transcurso del siglo XIX irán siendo sustituidos por otros propios de la sociedad capitalista de clases.

                                                                             Desarrollo.

Sistema económico: en transición del feudalismo al capitalismo; en la cual consistía en que el sistema supremo de poder económico cambiaba a otras manos en la cual se ofrecía al pueblo un mejor sistema del actual

Relaciones sociales: determinadas por la oposición entre la sociedad estamental y una burguesía que no puede acceder al papel de clase dominante que ocupan los estamentos privilegiados;

Sistema político: monarquía absoluta o, como poco, monarquía autoritaria. La tensión fundamental en este ámbito es la que se produce entre la centralización del poder y el respeto a los privilegios de todo tipo, que mantenían una gran multiplicidad de jurisdicciones y fueros.

Esta es la época de reyes y sus reinados en la cual la monarquía o la nobleza privilegiaba a los distintos señores de la época, en la cual su mayor atributo que tenían era el no hacer nada por los demás sino que simplemente estos se privilegiaban del trabajo del pueblo explotado.

En esta época la Iglesia tiende a hacerse señorial, empieza a acumular riquezas, y a la ostentación de ellas. El papa tiene ambiciones políticas se venden bulas para conseguir dinero y ventajas políticas, y la Iglesia se instala en la corrupción para conseguir dinero. Aquí se crea una teocracia imperial, que disputa el poder temporal al emperador, también hubo distintos humanistas que criticaron la generalización de prácticas abusivas como la compra de bienes y puestos dentro de la iglesia, venta de bulas e indulgencias, etc. Un humanista fue Erasmo De Rotterdam.

Martín Lutero (1483-1546) fue un gran impulsor de la reforma de la Iglesia, este era un fraile agustino que considera que la ostentación y el lujo de la Iglesia están en contra del mensaje evangélico.

Para ello Martin Lutero publico sus 95 tesis en la catedral de Wittemberg.

En ellas se plantea:

• El hombre es incapaz de salvarse del pecado original.

• Las obras no son el medio de salvación sino que “el justo se salva por la fe”.

• La iglesia no es fuente de doctrina sino las sagradas escrituras pueden ser interpretadas personalmente así como también es válido el libre examen de consciencia.

• Solo el bautismo y la eucaristía son sacramentos legítimos, se niega el valor de las indulgencias y la existencia del purgatorio y se suprime el culto a la Virgen , a los santos y a las imágenes.

• Niega la autoridad del papa sobre la iglesia protestante.

Además había un estamento privilegiado en el que se incluían la nobleza y el clero y otro no privilegiado que englobaba en su seno al resto de los estratos sociales: burgueses, artesanos, campesinos y grupos marginales.

Los estamentos en la del Antiguo Régimen constituían en grupos cerrados a los que se accedía fundamentalmente por nacimiento. Aunque podía haber alguna escasa posibilidad de trasvase de uno a otro grupo, lo que caracterizaba esa sociedad eran la estabilidad y la inercia. A diferencia de la capitalista, dividida en grupos en función de su riqueza y, por tanto más variable y dinámica, la estamental era casi inmutable. Ya que se la adquiría solo al nacimiento.

Cada estamento se correspondía con un estrato o grupo definido por un común estilo de vida y análoga función social. Era impermeable, es decir, sus miembros no podían mudar de condición.

Podemos mencionar que esta época llega a su fin con la revolución francesa 1799, con la cual la época de las monarquías llego a su fin con todo sus privilegios.






martes, 9 de noviembre de 2010

LAS UNIVERSIDADES

El mundo artístico e intelectual de la Alta Edad Media


En la Baja Edad Media la cultura está en manos de la Iglesia, pese a la cada vez mayor presión por parte de los municipios. Los estudiantes universitarios son considerados a todos los efectos como clérigos menores, y en caso de que cometan algún delito o deban rendir cuentas ante la justicia son siempre juzgados por tribunales eclesiásticos, no civiles.

La Alta Edad Media fue una época de estupenda vitalidad artística e intelectual. El periodo fue testigo del crecimiento de las instituciones educativas, un renacimiento del interés por la cultura antigua, un despertar del pensamiento teológico, el resurgimiento de la ley, el desarrollo de una literatura vernácula y una explosión de actividad en el arte y la arquitectura. Si bien los monjes continuaron desempeñando un importante papel en la vida intelectual, cada vez más el clérigo secular, las ciudades y las cortes (fueran de reyes, príncipes o altos funcionarios eclesiásticos) comenzaron a ejercer una nueva influencia. De importancia especial fueron las nuevas expresiones que surgieron en los pueblos y ciudades.

Surgimiento de las Universidades

Las universidades, tal como las conocemos con profesorado, estudiantes y grados académicos fue un producto de la Alta Edad Media. La palabra universidad se deriva de la palabra latina universitas, que significa corporación o gremio, y hacía referencia a un gremio de maestros o estudiantes. Las universidades medievales eran gremios educativos o corporaciones que formaban a individuos instruidos y capacitados.

LOS ORÍGENES DE LAS UNIVERSIDADES

Productos de la Alta Edad Media, las universidades proporcionaron a los estudiantes educación artística liberal básica y la oportunidad de continuar estudiando leyes, medicina o teología. Los cursos se enseñaban en latín, principalmente por maestros que leían de libros. No había exámenes en los cursos individuales, pero los estudiantes tenían que pasar un examen oral completo para obtener un grado.

La educación en la Alta Edad Media descansaba, sobre todo, en el clero, es decir, en los monjes. Aunque las escuelas monásticas fueron centros de aprendizaje desde el siglo IX, fueron rebasadas en el curso del siglo XI por las escuelas catedralicias, organizadas por el clero secular (monástico). Las escuelas catedralicias se extendieron con rapidez en el siglo XI. Había veinte en el año 900, pero para el año 1000, su número había crecido cuando menos hasta doscientas, ya que cada ciudad catedralicia se sentía obligada a establecer una. Las más famosas fueron las de Chartres, Reims, París, Laon y Soissons, todas ubicadas en Francia que era, en verdad, el centro intelectual de Europa en el siglo XII. Aunque el propósito principal de la escuela catedralicia era educar a los sacerdotes para ser hombres de Dios más letrados, también atrajeron a otros individuos que deseaban contar con alguna educación, pero no querían ordenarse sacerdotes. Muchos administradores universitarios tuvieron títulos como los de canciller, preboste y decano, originalmente utilizados para los funcionarios de los capítulos de la catedral.

La primera universidad europea apareció en Bolonia, Italia (a menos que uno esté de acuerdo de conceder esta distinción a la primera escuela de medicina, establecida con anterioridad en Salerno Italia). La fundación de la Universidad de Bolonia coincidió con la renovación del interés por el derecho romano sobre todo por el redescubrimiento del Código de Derecho Civil de Justiniano (véase la opción Renacimiento del derecho romano) En el siglo XII un gran maestro, como lrnerio (1088-1125) podía atraer a estudiantes de toda Europa. La mayoría de ellos eran seglares, a menudo individuos de edad que desempeñaban funciones de administradores de los reyes y príncipes, y estaban deseosos de aprender más sobre derecho para aplicar sus conocimientos en sus profesiones.

Para protegerse, los estudiantes de Bolonia formaron un gremio, o universitas, que el emperador Federico Barbarroja reconoció y al cual le dio una cédula en 1158. Aunque el cuerpo docente también se organizó como grupo, la universitas de estudiantes de Bolonia tuvo mayor influencia. Obtuvo, por parte de las autoridades locales, una promesa de libertad para los estudiantes, regulé el precio de los libros y del hospedaje y, además, determiné los estudios> las cuotas y el profesionalismo de los maestros. Se multaba a los profesores si faltaban a una clase o comenzaban tarde sus lecciones. La Universidad de Bolonia siguió siendo la mejor escuela de leyes de Europa durante la Edad Media.

En el norte de Europa, la Universidad de París se convirtió en la primera universidad prestigiosa. Varios maestros —que habían recibido su licencia para enseñar de la escuela catedralicia de Notre Dame, de París— comenzaron a aceptar estudiantes extra por una paga. A finales del siglo XII estos maestros de París formaron una universitas, o gremio de maestros. En 1200, el rey de Francia Felipe Augusto reconoció de manera oficial la existencia de la Universidad de París. La Universidad de Oxford, en Inglaterra, se organizó según el modelo de la de Paris, y apareció por primera vez en 1208. Una migración de académicos de Oxford, ocurrida en 1209, condujo a la fundación de la Universidad de Cambridge. En la Alta Edad Media los reyes> papas y príncipes rivalizaron en la fundación de nuevas universidades. A finales de la Edad Media había ochenta universidades en Europa, la mayoría de ellas localizadas en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

Este pueblo nómada de las estepas eurasiáticas fundó en el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan, el mayor imperio de la historia.

Eran una tribus de jinetes nómadas de las estepas del Asia Central, su lugar de origen coincide aproximadamente en la actualidad con la república de Mongolia y las franjas meridionales de Siberia. En el siglo XIII, bajo el liderazgo de Gengis Khan protagonizaron un movimiento de expansión de tal magnitud, que el imperio mongol llagó a extenderse desde China por el Este, a Rusia y el imperio islámico por el Oeste.



Comentario:
Gracias ala creacion de las universidades se dejo de acaparar todo el conocimiento en los monasterios y la iglesia, abrio las puertas para que mas gente pueda acceder a la busqueda de conocimentos.
Link:

LA IGLESIA FEUDAL

La Iglesia ocupó un lugar destacado en las instituciones de la Edad Media. Fue la guía espiritual de la época. A pesar de su importancia, no pudo mantenerse al margen del sistema vigente: ella también se “feudalízó, proceso que le originó diversos dificultades. Sus altas jerarquías recibían feudos de manos de los señores nobles o del emperador. Esto implicaba que debían rendir juramento de fidelidad y convertirse en vasallos de personas ajenas a la Iglesia. Era corriente entonces que el emperador o los señores feudales nombraran obispos y párrocos, y les otorgaran los bienes temporales tanto como los espirituales. Esto originó una descentralización eclesiástica.


A estos problemas internos se sumó una serie de conflictos y controversias con el alto clero de Bizancio. La Iglesia de Oriente tomó el nombre de Ortodoxa y desconoció fa autoridad del Papa. Estos hechos sellaron la ruptura, es decir el Cisma de Oriente, la separación definitiva de la Iglesia de Bizancio y la Iglesia romana.

Del seno de la Iglesia Católica surgió entonces un movimiento reformador que tuvo como objetivos principales poner fin a la intromisión del poder laico en los asuntos religiosos y mejorar el clima espiritual del momento.

Las reformas fueron impulsadas por el Papado y por el clero regular.

El vigor de las órdenes monásticas: En el siglo X surgieron con gran vigor nuevos órdenes monásticas, que intentaron luchar contra los males que aquejaban a la Iglesia. Desde los monasterios se predicaba el renunciamiento a las vanidades del mundo como una de las condiciones para salvar el alma.

La reforma de los conventos partió de Francia. El 11 de noviembre del año 910, el duque de Aquitania, conocido como Guillermo el Piadoso, fundó un monasterio en la localidad de Cluny y lo puso bajo la protección directa del Papa, sustrayéndola de la autoridad del obispo local. Se formó entonces una orden religiosa, la cluniacense, que observaba con mucho cuidado a regla de San Benito:

la combinación del trabajo manual con la oración, la recitación de los Salmos, el respeto por el silencio y la confesión pública de los pecados.

La orden cluniacense comenzó a condenar en forma sistemática ¡a vinculación entre Iglesia-Estado; especialmente en referencia a la situación en Alemania, donde los obispos eran “semifuncionarios” del emperador. Para los monjes de Cluny, la función más importante que tenía que cumplir la Iglesia en la Tierra era la salvación del alma y para ello necesitaba estar libre de la intromisión estatal. Se debía terminar con la compraventa de cargos eclesiásticos. Desde Cluny surgió entonces la idea de que el poder laico debía estar subordinado al poder moral de los eclesiásticos.

La actividad que esta orden desarrolló rehabilitò el espíritu religioso en la opinión pública. De esta orden surgieron muchos clérigos notables, como Hlldebrando que luego se convirtió en el papa Gregorio VII. (Ver Reformas Eclesiásticas de Gregorio VII)

En el siglo XI surgió otro movimiento reformista en Cister, bosque de Francia, en donde el abad Roberto con algunos de sus religiosos se instalaron para fundar un monasterio. Aplicaron también con respeto las reglas de San Benito. Desde allí se desarrollé una orden religiosa de tal magnitud que no tardó en hacerse célebre. Los monjes cístercenses tomaron el nombre de bernardos, en honor de uno de sus clérigos más destacados, San Bernardo. La influencia de Cister y Cluny no se limité al ámbito religioso; también fueron los creadores de estilos arquitectónicos propios.

El movimiento monástico no se detuvo. En los siglos posteriores surgieron nuevas órdenes, como los franciscanos y los dominicos.

A comienzos del siglo XIII un religioso italiano, San Francisco de Asís, fundó la orden de los Frailes Menores, luego llamada franciscanos. Predicó dos virtudes primordiales: la fe y la caridad, a través del ejemplo de una vida humilde, y con la renuncia a las riquezas que le brindaba su familia. La orden franciscana fue muy popular y se convirtió en una de las más fecundas instituciones del catolicismo.



En el mismo siglo Santo Domingo de Guzmán fundó la orden de los Predicadores, considerada como una de las más importantes órdenes mendicantes.

El objetivo de Santo Domingo fue la necesidad de combatir la herejía (desviación de la interpretación del dogma católico, no sólo con la palabra sino con la conducta y las obras. Los dominicos renunciaban a los bienes terrenales, concebían el estudio como una forma esencial para concretar sus aspiraciones religiosas: sus claustros fueron verdaderos aulas de ciencias. Los monasterios se convirtieron de esta manera en centros importantísimos de la vida en esa época.

Comentario:
La Iglesia en la edad media ocupo un gran poder en el gobierno, entre los feufos y los siervos, aunque a veces basandose el nombre de Dios o Jesus cometieron muchos delitos, gracias hoy en dia todo eso ha cambiado. Link:
http://www.portalplanetasedna.com.ar/iglesia_feudal.htm

EL IMPERIO DE CARLOMAGNO

El reino de los francos fue el más estable y duradero de los fundados por los pueblos germánicos en Europa.


A partir del siglo VIII, una nueva dinastía de reyes, descendientes de la familia de los Heristal, le dio su mayor esplendor, y extendió su poder a todos los países de Occidente, en la misma época en que los árabes consolidaban su dominio en la península ibérica. Carlos Martel que, como vimos, detuvo a los árabes en su avance sobre Europa en la memorable batalla de Poitiers (732), tuvo dos hijos: Carlomán, que profesó como monje, y Pipino, apodado el Breve por su baja estatura, que depuso a Childerico III y se apoderó del trono en el año 751 y reinó hasta el 768, inaugurando la dinastía de los carolingios. A su muerte, sus dos hijos, Carlomán y Carlos, fueron elegidos reyes de los francos, pero, como era de prever, no lograron coordinar sus acciones y se enfrentaron entre sí.

La solución de esta difícil situación se vió facilitada por el fallecimiento de Carlomán en el año 771, con lo que quedó Carlos en posesión total de los dominios de su familia, pues los hijos de Carlomán lo eligieron como jefe.

CARLOMAGNO

Carlos ya era conocido por sus condiciones personales como El Grande (Magno), por lo cual fue llamado Carlomagno. Una vez en ejercicio del poder, Carlomagno se dirigió a combatir a los lombardos en Italia, para proteger al papa Adriano IV. En el año 774 venció a Desiderio, rey de los lombardos, y dos años después deshizo por completo su reino. Desde entonces Italia quedó repartida, entre ti-es soberanos: el papa, Carlomagno y el emperador bizantino.

Carlomagno se proclamó rey de los longobardos y ciñó la corona de hierro, así llamada porque su aro interior había sido hecho con un clavo utilizado en la crucifixión de Jesucristo.

Poco tiempo más tarde, fue llamado a España (778) por un jefe árabe sublevado contra el emir de Córdoba. En consecuencia, atravesó los Pirineos y venció a los moros, obligándolos a retroceder en el territorio conquistado hasta la línea del río Ebro. A su regreso la retaguardia de su ejército fue sorprendida por los vascos o gascones y derrotada en el paso de Roncesvalles, donde murió su sobrino Rolando o Roldán, episodio que dio lugar a una famosa composición en verso.

Con posterioridad, los francos organizaron seis expediciones, con resultado de las cuales Carlomagno fundó dos marcas o provincias fronterizas, la de Barcelona y la de Gascuna.

Carlomagno culminó luego una larga guerra (772-785) contra los sajones, eficazmente conducidos por Widukindo, los que, a pesar de una enconada resistencia, fueron finalmente vencidos y sometidos, convirtiéndose al cristianismo.

Estos triunfos le permitieron extender sus dominios hasta el río Oder. Los bávaros fueron también vencidos y la misma suerte corrieron los ávaros, descendiente de los hunos (788-796), establecidos sobre las costas del Danubio. Finalizada esta campaña, Carlomagno creó la marca del Este (Ostereich), que más tarde constituyó el reino de Austria.

EL IMPERIO

Una vez Finalizadas estas campañas, las posesiones de Carlomagno comprendían la Galia, Italia, Germania y una parte de España, con lo cual quedó restablecido el antiguo Imperio romano de Occidente.

Fue en estas circunstancias que el 25 de diciembre del año 800, mientras Carlomagno oraba en la basílica de los apóstoles San Pedro y San Pablo, en Roma, el papa León III ciñó su cabeza con la corona imperial, a semejanza de lo que ocurría con los emperadores de Bizancio. De esta manera se consolidó la unión de la Iglesia y el estado.

Para mejorar la administración de su vasto imperio, Carlomagno acrecentó el número de duques y condes, cuyos subalternos fueron los vicarios y los centenarios. La labor de éstos se complementaba con la de otros funcionarios de confianza llamados missi dominici (enviados del señor), que recorrían el territorio en cada estación, de dos en dos un conde y un obispo—, para verificar el buen desempeño de sus súbditos.

Dos veces al año se celebraban las asambleas nacionales en las que participaban solamente los obispos, los duques y los condes. Durante su transcurso Carlomagno publicaba sus ordenanzas conocidas con el nombre de capitulares, por estar enunciadas en capítulos, que no siempre tenían el carácter de leyes. En ocasiones se trataba de normas o preceptos morales. Carlomagno prestó principal atención a la organización militar, a cuyo efecto las provincias fronterizas, llamadas marcas, estuvieron a cargo de jefes que recibieron el nombre de Margraves en Alemania y marqueses en los países latinos. El ejército se componía de hombres libres, que debían aportar sus elementos de combate, cuya cantidad y calidad variaba de acuerdo con el patrimonio de cada combatiente. También tuvo especial preocupación por la organización eclesiástica, de la cual se sentía responsable. Con tal objeto creó nuevos obispados y obligó al pago del diezmo, que consistía en el aporte de la décima parte de las cosechas, para el mantenimiento de la Iglesia. Durante el reinado de Carlomagno se llevaron a cabo numerosas obras públicas, entre las que sobresalieron los puentes de madera levantados sobre el Rin y el Danubio; el comienzo de la construcción de un canal entre ambos ríos y la edificación de palacios.



El Imperio Carolingio

El Renacimiento Carolingio

En materia cultural, Carlomagno procuro estimular el desarrollo de las letras y de las ciencias, decaídas por efecto de las luchas, a través de su propio ejemplo. A tal efecto, aprendió el latín y estudió la lengua germánica. Fundó escuelas y se rodeó de sabios, entre los cuales sobresalieron el teólogo Alcuino, nacido en Inglaterra, el lombardo Diácono y el germano Eginardo. Carlomagno asistió a la escuela que funcionó en su propio palacio de Aquisgrán, que mas bien tenía el carácter de una academia, donde se trataban y discutían temas de carácter científico y literario, basados en el estudio de las denominadas artes liberales, que comprendían el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadriuium (geometría, aritmética, astrología y música), según el método de lectura y comentario de textos. Paralelamente funcionaba una escuela para niños, que visitaba con frecuencia.

Hasta entonces eran pocos los que tenían una cultura clásica. Entre ellos sobresalían los monjes benedictinos, quienes fueron los más celosos custodios de esa valiosa herencia. Este resurgimiento cultural ha sido llamado el renacimiento carolingio.

División del imperio

Rodeado del cariño de su pueblo y de la admiración de los extranjeros, Carlomagno falleció en su palacio de Aquisgrán (Aix-la-Chapelle), el 28 de enero de 814. A su muerte, los pueblos sometidos trataron de recobrar su independencia y la estructura del imperio se resquebrajó hasta partirse.

Su hijo Luis el Benigno o Ludovico Pío, que le sucedió en el trono, dividió el imperio en el año 817 entre sus tres hijos: Lotario, Pipino y Luis. Disconforme con este reparto, su sobrino Bernardo, que era el rey de Italia, se sublevó, pero fue vencido.

Posteriormente, Ludovico se casó en segundas nupcias con una hija del rey de Baviera (819) con la que tuvo otro hijo, Carlos, a quien quiso hacer partícipe del reparto y entregarle un reino, pero sus otros hijos se sublevaron y Ludovico fue depuesto, aunque más tarde fue restablecido en el trono por la asamblea de Nimega (830).

Esta resolución dio lugar a que sus hijos se sublevaran nuevamente en el año 833. Abandonado por su ejército, fue degradado públicamente, pero poco después fue restaurado por segunda vez en el trono (834).

Tiempo más tarde, su hijo menor, Luis el Germánico, quitó sus dominios a los hijos de Pipino, rey de Aquitania, que murió en el año 838 y además, convenció a su hermano Lotario que le cediera sus posesiones; con lo cual unificó las fuerzas para luchar contra su padre, que falleció en 840, cuando se dirigía a enfrentar al vástago rebelde.

Con la muerte de Ludovico Pío, sus dos hijos menores , Luis y Carlos, se unieron contra Lotario, que reclamé la 3ucesión de su padre y el título de emperador. El entredicho derivé en un enfrentamiento militar, que tuvo lugar en Fontenoy, el 25 de junio de 841. La batalla se prolongó durante todo un día, hasta que el ejército de Lotario se retiro del campo, sin estar definitivamente derrotado.

En esas circunstancias, Luis y Carlos ratificaron su unión con el famoso juramento de Estrasburgo. prestado en presencia de los dos ejércitos (842).

Tratado de Verdún

Al año siguiente (843), Lotario se avino a firmar un tratado en Verdún, por el cual se llevó a cabo otro reparto, de tal manera que Carlos, apodado el Calvo, se quedó con la Galia, aunque con una superficie más reducida, comprendida por los ríos Escalda, Mosa, Saona, los montes Cevenes y la desembocadura del Ródano. A este territorio se lo llamó Francia. Luis el Germánico obtuvo la extensión situada al Este del Rin, que se llamó Germania (Alemania). Por último, Lotario recibió Italia y una franja de territorio separada de la Galia. que comprendía parte de Suiza, la Borgoña, Provenza y Austrasia (Alcasia y Lorena). Todo el conjunto recibió el nombre de Lotaringia.

Con esta división, desapareció el imperio de Carlomagno y surgieron tres incipientes estados que, con algunas variantes en su integración territorial, perduraran hasta nuestros días.

No obstante, la desmembración no se contuvo con esta división, sino que cada una de las tres partes continué fraccionándose en pequeños estados.

En Francia, Carlos el Calvo no pudo mantener su autoridad sobre los duques, marqueses y condes, que fueron emancipándose gradualmente. Estas divisiones fueron favorecidas por el famoso edicto de Mersen (847), del propio Carlos el Calvo, por el cual se establecía que los hombres libres debían reunirse en tomo de un señor, y luego por el edicto de Krersy del Oise (877), que admitió que el título de conde fuera hereditario.

Comentario:
Carlo Magno fue un gran rey tuvo muchas hazañas gloriosas victorias es en fin un gran emperador de la edad media.
Link:
http://www.portalplanetasedna.com.ar/carlomagno.htm

lunes, 8 de noviembre de 2010

Las Cruzadas

Las Cruzadas Se designan con este nombre las expediciones que, bajo el patrocinio de la Iglesia emprendieron los cristianos contra el Islam con el fin de rescatar el Santo Sepulcro y para defender luego el reino cristiano de Jerusalén. La palabra "Cruzada" fue la "guerra a los infieles o herejes, hecha con asentimiento o en defensa de la Iglesia". Aunque durante la Edad Media las guerras de esta naturaleza fueron frecuentes y numerosas, sólo han conservado la denominación de "Cruzada" las que se emprendieron desde 1095 a 1270. Según Molinier, las Cruzadas fueron ocho.


Cuatro a Palestina, dos a Egipto, una a Constantinopla y otra a África del Norte. Las causas de las Cruzadas deben buscarse, no sólo en el fervor religioso de la época, sino también en la hostilidad creciente del Islamismo, en el deseo de los pontífices de extender la supremacía de la Iglesia católica sobre los dominios del Imperio Bizantino, en las vejaciones que sufrían los peregrinos que iban a Tierra Santa para visitar los Santos Lugares, y en el espíritu aventurero de la sociedad feudal. Cuando los turcos selúcidas (selyúcidas) se establecieron en Asia Menor (1055) destruyendo el Imperio Árabe de Bagdad, el acceso al Santo Sepulcro se hizo totalmente imposible para los peregrinos cristianos.


Un gran clamor se levantó por toda Europa, y tanto los grandes señores como los siervos acudieron al llamamiento del papa Urbano II. Los caballeros aspiraban a combatir para salvar su alma y ganar algún principado, los menestrales soñaban hacer fortuna en el Oriente, país de las riquezas, los siervos deseaban adquirir tierras y libertad. En el concilio de Clermont, ciudad situada en el centro de Francia, el papa Urbano II predicó la Primera Cruzada, prometiendo el perdón de los pecados y la eterna bienaventuranza a todos cuantos participasen en la campaña. "Vosotros, los que habéis cometido fratricidio -decía el Santo Padre-, vosotros, los que habéis tomado las armas contra vuestros propios padres, vosotros, los que habéis matado por paga y habéis robado la propiedad ajena, vosotros, los que habéis arruinado viudas y huérfanos, buscad ahora la salvación en Jerusalén.

Si es que queréis a vuestras propias almas, libraos de la culpa de vuestros pecados, que así lo quiere Dios..." "¡Dios lo quiere! ¡Dios lo quiere!" -gritaron a una voz millares de hombres de todas las clases sociales, reuniéndose en torno del Papa, para recibir cruces de paño rojo que luego fijaban en su hombro izquierdo como señal de que tomaban parte en la campaña. Pedro el Ermitaño recorrió los burgos y campos de Italia y Francia predicando la Cruzada a los humildes. Era un hombre de pequeña talla, de faz enjuta, larga barba y ojos negros llenos de pasión; su sencilla túnica de lana y las sandalias le daban un aspecto de auténtico asceta. Las multitudes le veneraban como si fuera un santo y se consideraban felices si podían besar o tocar sus vestidos. Reunió una abigarrada muchedumbre de 100.000 personas, entre hombres, mujeres y niños.

LA TOMA DE JERUSALÉN. A estas masas indisciplinadas sucedió después la marcha de los ejércitos. Calculaban los historiadores que se movilizaron 100.000 caballeros y 600.000 infantes. Emprendieron la marcha formando cuatro grupos o ejércitos, constituidos por los nobles de Europa entera, acompañados de sus vasallos. Entre ellos descollaban el normando Bohemundo y su primo Tancredo, el guerrero más brillante de aquella expedición; el conde Raimundo de Tolosa, los condes de Flandes, Blois y Valois; el duque de Normandía y Godofredo de Bouillón, a quien acompañaban sus hermanos Eustaquio de Bolonia y el intrépido conde Balduino. Al frente iba el legado del Papa, Ademar de Monteril, obispo de Puy, que ostentaba la dirección espiritual de la Cruzada.

Los cruzados se dieron cita frente a los muros de Constantinopla. Alejo I era en aquella época el emperador de Bizancio y temeroso de aquellas bandas de "bárbaros" los transportó a la ribera asiática, comprometiéndose a facilitarles provisiones a cambio del juramento de fidelidad, es decir, que les investiría de las tierras que ganasen a los turcos. Éstos se hallaban muy divididos, por lo que Nicea pronto sucumbió a los ataques de los cristianos. Seguidamente conquistaron Dorylea y Antioquía, siendo luego sitiados en esta localidad por 200.000 turcos al mando de Kerboga, general del califa de Bagdad. La ruina del ejército cruzado parecía inminente; Godofredo, impelido por el hambre, había sacrificado sus últimos caballos. El descubrimiento de la Santa Lanza en la ciudad dio ánimos a los sitiados; las huestes cristianas salieron al encuentro de Kerboga llevando al frente la lanza con la que había sido herido el costado de Cristo y deshicieron aquel poderoso ejército.                       

Tras estas luchas sobrevino una epidemia que redujo el ejército cruzado a sólo 50.000 hombres. Avanzaron hacia Siria, continuaron por el Líbano y penetraron en Palestina. Al llegar a las proximidades de Jerusalén, los cruzados se arrodillaron para besar la tierra mientras exclamaban: "¡Jerusalén, Jerusalén!... ¡Dios lo quiere, Dios lo quiere!..." Los cruzados sitiaron la ciudad, construyendo grandes torres con ruedas para acercarse a las murallas; a pesar de la falta de agua prosiguieron las operaciones con entusiasmo; después de celebrar una solemne procesión alrededor de la ciudad y por el monte de los Olivos, comenzó el asalto dirigido por Tancredo y Godofredo de Bouillón, el día 15 de julio de 1099. La matanza de musulmanes fue horrible y duró una semana entera.

Los Santos Lugares habían sido rescatados y se constituyó un Estado cristiano. La corona fue ofrecida a Godofredo de Bouillón (1058-1100) quien adoptó solamente el título de "barón del Santo Sepulcro", puesto que no era propio llevar corona de oro en el lugar donde Cristo fue coronado de espinas. La caída de Jerusalén causó una alegría grande en Occidente por considerar el hecho como la victoria definitiva sobre el Islam. Desde entonces, el reino de Jerusalén fue el amparador de los peregrinos cristianos y las Cruzadas posteriores fueron suscitadas para defenderlo de los ataques turcos. Eran feudatarios del reino de Jerusalén los condados de Edesa y Trípoli, así como el principado de Antioquía. Para el mantenimiento de este reino era preciso dominar las ciudades de la costa mediterránea y los puertos de Siria. Las ciudades marítimas del Mediterráneo; Pisa, Génova, Marsella, Barcelona y Venecia, facilitaron naves y mantuvieron un activo comercio gracias a las facilidades que recibieron por parte de los cristianos de Tierra Santa, quienes concedieron acuartelamientos, almacenes en los puertos, privilegios aduaneros y exenciones de impuestos.

De este modo, en las sucesivas Cruzadas, el interés comercial pesó tanto como el religioso. Cuando en 1144 Edesa cayó en poder de los turcos y el sultán Nuredín amenazó el reino de Jerusalén, una nueva oleada de emoción cundió por Europa. San Bernardo predicó la Segunda Cruzada que fue dirigida por Conrado III, emperador de Alemania, y Luis VII rey de Francia. El Ejército se componía de unos 150.000 hombres, pese a lo cual los resultados que obtuvieron fueron mezquinos. Conrado III estuvo a punto de perecer con sus tropas en Asia Menor, llegaron a Palestina diezmados y el emperador, enfermo, tuvo que regresar a Constantinopla. Los franceses fracasaron en su intento de atacar Damasco y se disolvieron.

LAS ORDENES MILITARES. La custodia y defensa de los territorios conquistados en Tierra Santa fueron confinados a milicias especiales de carácter mitad religioso mitad militar, que recibieron el nombre de Ordenes Militares. Todos sus componentes estaban sujetos al triple voto de obediencia, castidad y pobreza. Al frente de la Orden se hallaba un Gran Maestre que residía en Tierra Santa. Los fieles o miembros se dividían en tres grupos: caballeros, religiosos y hermanos. Los primeros tenían por misión acompañar y proteger a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares, y luchar contra los infieles. El servicio divino de los castillos estaba encomendado a los religiosos.

Los hermanos atendían los quehaceres domésticos, cuidaban de los pobres y de los enfermos. La Orden de los Hospitalarios fue constituida por varios nobles franceses con el fin de atender a los peregrinos y cuidar a los enfermos. Más tarde esta Orden cambió de finalidad e intervino en las luchas contra los infieles y en la defensa de los territorios cristianos. Al evacuar Tierra Santa, se establecieron en la isla de Rodas e hicieron frente a los turcos por espacio de dos siglos. De todas las órdenes militares, la más famosa fue la de los Templarios, creada en 1118 por Hugo de Payens y nueve caballeros borgoñeses, con la misión de proteger a los peregrinos y limpiar los caminos de salteadores infieles. Su Gran Maestre residía en el mismo lugar donde se había levantado el templo de Salomón, de aquí el nombre de "templarios". La mayor parte de ellos eran franceses y vestían un manto blanco con una cruz roja colocada sobre la armadura. Su bandera era blanca y negra. Gracias a las herencias y donativos los caballeros templarios llegaron a reunir gran número de castillos y territorios en Europa y Oriente, pero esta prosperidad suscitó envidias y dio pie a toda clase de calumnias.
Felipe IV de Francia les acusó ante el papa Bonifacio VIII de herejía, impiedad, prácticas idolátricas, etc., hasta conseguir el encarcelamiento de sus miembros, que fueron juzgados por tribunales de la Inquisición. Las acusaciones se apoyaron en declaraciones obtenidas por el tormento, la amenaza de la hoguera o la promesa del perdón, por lo que acabaron confesando todo cuanto sus jueces quisieron. El Papa suprimió la Orden, cuyos bienes fueron cedidos a otras órdenes o al poder civil, sobre todo en provecho del rey de Francia. La tragedia de los Templarios fue debida a la falta de escrúpulos de Felipe el Hermoso, quien de esta forma vio saldada a su favor la suma de quinientas mil libras que adeudaba a los caballeros del Temple. En los reinos cristianos de España que, a la sazón, se hallaba empeñada en la Cruzada contra los musulmanes, también surgieron instituciones parecidas: las Ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara.

SALADINO. A partir del año 1174 nuevas amenazas se cernieron sobre los cristianos de Tierra Santa, ya que Saladino (1137- 1193) un musulmán con talento y audacia reorganizó el ejército y conquistó Egipto, Siria y Jerusalén.

El rey de esta última ciudad, Guy de Lusignan, fue hecho prisionero por los musulmanes tras la batalla de Tiberíades. Saladino en persona arrancó la Cruz del Templo, mandó fundir las campanas y destruir las iglesias cristianas y purificar las mezquitas. La Iglesia entonces predicó con fervor la Tercera Cruzada, acudiendo al llamamiento tres soberanos famosos en la Historia: Federico I Barbarroja, emperador alemán; Felipe II, de Francia, y el rey inglés, Ricardo Corazón de León. Todos ellos eran monarcas valientes, poderosos y aguerridos; sin embargo, cometieron el error de no aunar sus fuerzas y presentar combates por separado.

Barbarroja murió al vadear el río Salef; Felipe II y Ricardo Corazón de León, lucharon entre sí con gran escándalo de la Cristiandad. El rey inglés, que era muy altivo, al ver un día la bandera del Duque de Austria, Leopoldo, izada en un torreón de San Juan de Acre, la arrancó echándola luego al foso de la fortaleza. El duque reclamó satisfacciones y su mensajero fue despedido por el rey con un fuerte puntapié. Si bien Ricardo conquistó Chipre y derrotó a Saladino en Arsuf, no pudo recuperar Jerusalén, teniéndose que conformar con la estipulación de un tratado que permitía a los cristianos visitar el Santo Sepulcro, siempre que fueran desarmados y en pequeños grupos. Ricardo Corazón de León emprendió el regreso a Inglaterra disfrazado de peregrino, con sayal y largas barbas.

Cuenta la leyenda que al atravesar el territorio del duque de Austria fue descubierto y reducido a prisión en venganza del ultraje inferido a la bandera de Leopoldo, en los muros de San Juan de Acre. Blondel, trovador de Arras, cumpliendo el juramento que había hecho de encontrar a su señor, recorría los castillos de Europa cantando una canción conocida por el rey Ricardo. En una ocasión su canto fue coreado tras la ventana de un muro, descubriendo así el paradero de Ricardo Corazón de León, que poco después era rescatado por sus vasallos. La Cuarta Cruzada estuvo llena de intrigas, intereses políticos y mercantiles, escapando su dirección de manos del Papa, que tuvo que excomulgar a los venecianos por haber desviado la finalidad religiosa de la empresa. Éstos pusieron su Marina a disposición de los cruzados, a condición de que ganaran Constantinopla y estableciesen allí un imperio latino, como así sucedió.

ULTIMAS CRUZADAS. La quinta, iniciada por el papa Inocencio III y continuada por Honorio III, fue secundada por Juan de Brienne, rey de Jerusalén en el exilio, el duque Leopoldo VI, de Austria, y el rey de Hungría, Andrés II. El único resultado práctico fue la conquista de Damieta, después de un asedio memorable, sin que ello tuviese consecuencias para la Cristiandad. La importancia de las Cruzadas va disminuyendo a medida que nos acercamos a las últimas. La sexta fue dirigida por Federico II, de Alemania, a pesar de la oposición del papa Gregorio IX, que no quería ver convertido en caudillo de los cruzados a un rey como Federico que se hallaba excomulgado. Llegadas las fuerzas alemanas a Tierra Santa, su emperador siguió una política complicada y realista, usando más de la diplomacia que de las armas, concertando en 1229 una tregua de diez años con el sultán de el Cairo, Malek-el-Kumel, durante la cual los cruzados conservarían Jerusalén, Nazaret, Belén y otras localidades estratégicas. Jerusalén se declaraba ciudad santa para los cristianos, aunque se permitió la continuación del culto musulmán en las mezquitas.

La Séptima Cruzada fue propuesta en el Concilio de Lyon (1245) por el papa Inocencio IV, con el fin de recobrar la ciudad de Jerusalén, que había sido conquistada por los turcos. El llamamiento del pontífice tuvo un eco muy débil en Europa. Sólo fue escuchado por Luis IX, rey de Francia, quien movilizó un gran ejército y marchó hacia Damieta que fue tomada. Después de algunos fracasos y epidemias que descorazonaron a los cruzados, Luis IX cayó prisionero y pudo recobrar su libertad mediante el pago de un millón de escudos y la evacuación de Damieta. El fracaso había sido completo. Una vez en Francia, el rey francés organizó la Octava Cruzada, esta vez dirigida contra Túnez.

A los pocos días de desembarcar, San Luis fue atacado por la peste y murió ante los muros de la ciudad. Las Cruzadas, consideradas desde el punto de vista militar, fueron un verdadero fracaso toda vez que los Santos Lugares que se querían conquistar para la Cristiandad, continuaron en poder de los musulmanes. Sin embargo, las consecuencias indirectas de ellas fueron importantísimas en todos los órdenes de la vida y contribuyeron a transformar la sociedad y el pensamiento europeos. En el orden social y político ayudaron a la decadencia del Feudalismo; millares de señores murieron en las expediciones y los que consiguieron regresar quedaron empobrecidos, en incremento del poder real, que adquirió desde entonces una gran preponderancia sobre los nobles.

En el orden religioso contribuyeron a atenuar al fanatismo propio de la época y a crear cierta tolerancia, ya que los cruzados comprobaron que el infiel no era un hombre salvaje sino que en muchos aspectos vivía mejor que los europeos. En efecto, los orientales eran más civilizados en el orden científico y comercial que los cristianos, y éstos llevaron a sus tierras muchos conocimientos que fueron altamente beneficiosos: los damascos, telas brochadas, el terciopelo, los espejos, los vidrios artísticos, el papel, el azúcar de caña, el alcohol, etc., que en Europa sólo se conocían a través de los árabes españoles.

Comentario:
Yo pienso que las cruzadas en si fue la busqueda misma de riquezas en la tierra santa era, era el ganar tierras y gente a disposicion de la iglesia mas que lo que supuestamente ellos representaban...........
Para mas informacion: http://www.portalplanetasedna.com.ar/menu_edad_media.htm